
Queridos invitados, amigos y compañeros rotarios:
Formar parte de Rotary es pertenecer a una red de manos abiertas y corazones dispuestos en más de 200 países, donde cada acción, por pequeña que parezca, deja una huella de esperanza. Somos parte de una organización que ha llevado agua donde había sed, luz donde había oscuridad, educación donde había silencio o ignorancia, movilidad donde no había, dando una mano al que la necesita, Paz donde había conflicto.
Cada uno de nosotros es un eslabón de esa cadena silenciosa de servicio que ha demostrado que: con voluntad y unidad podemos cambiar vidas.
Hoy, al iniciar este nuevo periodo rotario, renovemos esa misión con entusiasmo, gratitud y un profundo sentido de responsabilidad.
Me dirijo a ustedes no solo como presidente de este hermoso club rotario de San Salvador, sino como parte de una familia rotaria, que ha sido testigo —a lo largo de casi un siglo— del poder transformador de la unión, del servicio y del liderazgo compartido.
Recientemente, como Junta Directiva, realizamos un análisis de nuestra realidad institucional. Este ejercicio, no fue simplemente un diagnóstico: fue de alguna manera un espejo que nos mostró en parte lo que somos y lo que podemos llegar a ser.
Tenemos razones legítimas para sentirnos orgullosos. Contamos con la energía de socios jóvenes y otros no tan jóvenes pero con el dinamismo, y sabiduría que solo dan los años de servicio, tenemos una sabiduría acumulada en una historia de 98 años, con un liderazgo fuerte, credibilidad ganada a pulso, y una proyección internacional que muchos admiran. Además, el dinamismo de nuestro comité de cónyuges es ejemplo de compromiso y compañerismo.
Sin embargo, ese mismo compromiso nos exige reconocer los desafíos que tenemos por delante: necesitamos aumentar la participación de nuestros socios, ordenar nuestras gestiones administrativas, construir un plan de trabajo sólido y estratégico. Necesitamos fortalecer la motivación, superar la brecha generacional, y asegurar que nuestras finanzas respondan tanto a nuestras aspiraciones como a nuestras obligaciones.
También enfrentamos desafíos externos que no podemos ignorar: nuevas disposiciones legales que podrían afectar nuestras operaciones, desinterés generacional para involucrarse en causas sociales, obstáculos externos a la organización tradicional de nuestros proyectos, y la necesidad urgente de preparar con tiempo una transición de liderazgo generacional ordenada y visionaria.
Los retos no nos desalientan. Al contrario, son la chispa que enciende nuestro próximo periodo. Tenemos muchas oportunidades que tocan nuestras puertas: Organizar actividades familiares que nos acerquen más, fortalecer la recaudación continua de fondos, apoyar juntos la gobernación distrital de 2026-27 de nuestra Compañera Antonieta Navarrete, y nuestro centenario en 2027.
Cien años no son pocos para un club, han sido muchas las juntas directivas que como nosotros este día aceptaron el reto de conducir el club, de fortalecerlo, de crear oportunidades grandiosas de desarrollo, de promover el bien y que han “dado mucho de sí, sin pensar en sí”. El desafío es ahora nuestro.
En ese sentido quiero expresar un agradecimiento profundo y sincero a la Junta Directiva saliente, cuya entrega y labor han sido fundamentales para sostener el espíritu rotario durante el último periodo. De manera muy especial, extiendo nuestro reconocimiento y gratitud a su presidenta Daisy Guardado, quien con temple, dedicación y sensibilidad humana supo guiarnos en tiempos de retos y de logros. Su legado nos inspira y nos compromete.




Quiero concluir mis palabras con las palabras de Francesco Arezzo presidente de Rotary International dirigidas a los más de 1.4 millones de rotarios del mundo, destacando el lema de este año “Unidos para hacer el bien” y nos pide involucrar a todos los rotarios, a los aliados, a otras organizaciones y comunidades en los proyectos de servicio, también nos pide conectar generaciones, preservar la rica historia rotaria y proyectarnos hacia el futuro. Y cito:
“Así que ahora, amigos míos… desempolven los sueños que escondieron en un cajón, especialmente aquellos que pensaron que eran demasiado grandes o atrevidos para alcanzarlos. Saquémoslos a la luz. Encarnemos el ideal “Unidos para hacer el bien”, …. por nuestros clubes, nuestras comunidades y nuestro mundo. Y hagamos de este un año no solo de servicio, sino de alegría, de conexión y de amor.”
Que este sea un año espectacular para nuestras comunidades y que el espíritu Rotario nos llene de fuerza y creatividad para seguir unidos haciendo el bien.

Mauricio Flores Romero
Presidente CRSS 2025-26