Hace poco, estuve en el asentamiento de refugiados de Nakivale, en Uganda. Las personas que viven en este asentamiento tienen la libertad de moverse e integrarse lo mejor que puedan, lo que hace que el lugar sea único.
Tuve la oportunidad de jugar al fútbol con niños y niñas de diversas naciones y de hablar con mujeres que habían huido de zonas de conflicto: un abanico de experiencias humanas compartidas entre risas y lágrimas.
Mientras caminaba por el campus de una escuela en el asentamiento, una maestra me contó sobre las terribles estadísticas relacionadas con la educación de las niñas. La mayoría no termina la escuela primaria, y muchas son vendidas para matrimonios infantiles con el fin de pagar la comida de sus familias. Cuando miré a esas niñas a mi alrededor, me sentí desolada.
Nuestro trabajo para el empoderamiento de niñas y mujeres es mucho más que promover la igualdad: a veces, se trata de la salud o la educación. Otras veces, se trata de brindar seguridad. Independientemente de cómo lo hagamos, siempre se trata de garantizar los derechos humanos básicos.
Podemos esforzarnos más para empoderar a las niñas y las mujeres, y podemos mejorar la forma en que compartimos los avances que los socios de Rotary y nuestros colaboradores han logrado para cumplir este objetivo.
No faltan ejemplos inspiradores de nuestro trabajo, que abarcan desde microcréditos sin intereses para mujeres en Nigeria, hasta proyectos para proporcionar productos de higiene menstrual a niñas en la India. En todas las áreas de interés de Rotary, se llevan a cabo cientos de proyectos que marcan una diferencia significativa y, en muchos casos, salvan vidas.
Si trabajamos en equipo, podemos abordar las necesidades y desigualdades que enfrentan diariamente las niñas de todo el mundo. Sin embargo, también debemos monitorear el impacto de estos proyectos y difundir información sobre los recursos y las personas expertas en la materia que forman parte de Rotary; esto incluye los Grupos de Acción de Rotary, el Equipo de Asesores Técnicos de La Fundación Rotaria (Cadre), los becarios de Rotary pro Paz, entre otros.
Contar historias sobre nuestras iniciativas que generan un impacto positivo en la vida de mujeres y niñas es particularmente importante. Esto último es muy valioso para mí. Esto significa compartir nuestras historias en las redes sociales, en los medios locales, en esta revista y donde sea que podamos inspirar a otras personas.
Al hacerlo, es importante brindar información que permita a nuestra familia de Rotary ponerse en contacto con otras personas que realizan actividades en sus regiones, así como en todo el mundo. Compartamos nuestros éxitos y aprendamos unos de otros, para luego contar nuestras historias con orgullo a un público más amplio.
Estamos viviendo momentos maravillosos en Rotary, y el mundo es testigo. Mientras trabajamos para empoderar a las niñas y a las mujeres para que desplieguen todo su potencial, creamos nuevas formas de aumentar la cantidad de socios y de intensificar la colaboración con nuestros colaboradores para generar un cambio positivo y duradero. Gracias por seguir colaborando en este esfuerzo vital.