¿Qué es la Prueba Cuádruple?
Uno de los códigos de ética más populares y citados que hay en el mundo de los negocios, es la Prueba Cuádruple Rotaria. Fue pensada por el Rotario Herbert J. Taylor en 1932 cuando le pidieron que asumiera el mando de la empresa Aluminum Company en Chicago, que estaba al borde de la bancarrota y buscó la forma de salvar a esta empresa hundida en una depresión por motivos financieros.
“…. Trabajaba sobre mi escritorio, apoye mi cabeza en mis manos, y reflexioné unos instantes, volteé hacia arriba y tomé una tarjeta de papel en blanco, y luego escribí las palabras que me fueron brotando…”
La Prueba Cuádruple. De lo que se piensa, se dice o se hace:
1º ¿Es la verdad?
2º ¿Es equitativo para todos los interesados?
3º ¿Creará buena voluntad y mejores amistades?
4º ¿Será beneficioso para todos los interesados?
Bajo este código de ética creado para que todos los empleados lo llevaran a cabo en sus propias ocupaciones dentro de la empresa, logró sacar a flote a la compañía.
La Prueba Cuádruple se convirtió en la guía para ventas, producción, publicidad y toda clase de relaciones con clientes y distribuidores. La compañía debe su supervivencia a esta simple filosofía.
La Prueba Cuádruple fue adoptada por Rotary International en Enero 1943, y desde esa fecha, ha sido traducida a más de 100 idiomas e impresa en miles de formas. El mensaje debe ser conocido y aplicado por todo Rotario.
Herbert J. Taylor, posteriormente fue Presidente de Rotary International en 1954-1955.
Aunque la Prueba Cuádruple, tardó muchos años en ser adoptada por Rotary Internacional , en la actualidad se recomienda su inclusión en los estatutos y reglamento
Pasemos ahorra a analizarla, a la luz de nuestra experiencia actual y de nuestras “circunstancias”, luego de 60 años de su creación
Durante décadas los rotarios han estado utilizando como norma en sus negocios, en su comunidad y en sus asuntos personales.
Esta no proporciona respuestas sino que formula preguntas, que quien la utiliza debe contestar. Miles de rotarios la han aprovechado y compartido con miles de personas.
Millones de ejemplares de ella han sido distribuidos a jóvenes escolares y a personas relacionadas con los negocios.
1 – ¿Es la Verdad?
Esta primera pregunta, para ser moderados, podríamos calificarla de presuntuosa.
Tendríamos que saber primero qué es LA VERDAD; así, desprovisto el sustantivo de todo complemento que lo relativice, la pregunta no puede ser humanamente contestada. Ese gran humanista que fue GANDHI, dijo: “La Verdad es Dios”.
Nosotros, que solamente somos humanos, tendríamos que complementar la pregunta relativizándola con algún aditamento. Veamos:
¿Es la verdad según mi mejor buena fe?
¿Es la verdad desprovista de todo prejuicio y connotación egoísta?
¿Es la verdad según los principios más sanos de la cultura en que me formé?
Es fundamental para iniciar con éxito la Prueba Cuádruple, relativizar la pregunta. Sería una prueba de humildad que nos permitirá iniciar correctamente de este sencillo ejercicio rotario y nos garantizará evaluar correctamente los próximos pasos.
2 – ¿Es equitativo para todos los interesados?
La intención de esta pregunta es la de obligarnos a hacer proposiciones con tendencia al equilibrio. Podríamos graficarlo con la expresión “con tendencia al empate”. Nadie debe salir dañado; ni siquiera cabe la idea “del daño menor”.
Si una de las partes tiene la suficiente fuerza para imponer condiciones, tiene que renunciar a toda esa fuerza y no contentarse con concesiones que solamente la atenúan.
Como vemos es una tentación difícil de vencer, pero debemos hacerlo. Corresponde al espíritu de la prueba y nos permitirá alcanzar otros objetivos, los cuales no sólo están marcados por la ética, sino que nos hablan de la comprensión entre las naciones, pasando por los individuos que las componen, tal como nos pide Rotary.
3 – ¿Creará buena voluntad y mejores amistades?
Esta pregunta ya corresponde a aspectos distintos de las normas morales de nuestro proceder “en lo que se piensa, se dice o se hace”.
Tiene como finalidad un sano enriquecimiento afectivo recíproco, el que nos permitirá, a través del ejercicio de nuestra mejor comprensión, tolerancia y saber escuchar, ganar voluntades y amistad en nuestro propio ambiente y, lo que es más importante, en ambientes con interés, ideologías y creencias muy distintas a las de nosotros.
Para lograrlo tenemos que adoptar una actitud implícita en toda práctica de una diálogo prudente y sabio: dudar de lo que nosotros pensamos, en beneficio de lo que piensan los demás.
Aquí aparece otra vez la humildad, ya que no debe ser una duda “estratégica sistemática”, ni una duda que surja de la inseguridad, sino una duda prudente, que se origine en la reflexión de que no somos infalibles.
La historia de la humanidad está plagada de afirmaciones sostenidas durante prolongados períodos por eruditos y estudiosos, que el tiempo demostró que no eran correctas. A medida que el conocimiento evolucionó, primero a través de la duda y luego por medio de la comprensión científica y empírica, la humanidad se hizo más prudente. No vayamos en el personal, en contra de lo que la historia nos demuestra.
A través de nuestra humanidad, cuidémonos también de nuestros sofismas, esto es de nuestras verdades a medias, en beneficio de las opiniones ajenas.
Recuerdo que en mi juventud tenía rechazo por un libro de origen norteamericano muy publicitado, cuyo título era “Cómo ganar amigos”. Un día, haciendo antesala en el bufete de una prestigiosa firma de abogados, vi el libro en la mesa de la sala de espera. Lo tomé casi con repulsión y, luego de asegurarme que nadie me veía, comencé a hojearlo. Me detuve en una parte en que expresaba porqué no debíamos ser vehementes al exponer nuestras razones a un tercero: Primero, porque si finalmente no tenemos razón, nuestra vehemencia nos hace aparecer ridículamente desubicados y segundo, si la tenemos, nuestra energía al expresarla habrá lastimado al otro. Esto es: no habrá creado buena voluntad ni mejores amistades.
Toda una enseñanza; por su contenido en sí y por mi prejuicio al rechazar el libro.
4 – ¿Será beneficioso para todos los interesados?
Aquí, el sentido de “Beneficio”, adquiere una dimensión muy por encima de lo material; esto es: vuelve a aparecer la ética en la Prueba Cuádruple.
Es un objetivo generoso, que obliga a nuestra inteligencia a esforzarse para encontrar caminos enriquecedores espiritualmente y esto surgirá, únicamente, si las soluciones alcanzadas, pasan primero por la justicia, luego por el equilibrio de esa justicia, es decir, de una justicia comprensiva y tolerante y no represiva y castigadora. Finalmente, esa justicia, debe pasar también por la comprensión de la situación de cada una de las partes.
Del correcto entendimiento del sentido de esta pregunta y de la posibilidad de encontrar un camino conducente a lo que ella nos obliga, surgirá un sentimiento pleno y una sana amistad.
Esto es lo que nos ofrece la Prueba Cuádruple, en el ejercicio de lo que pensamos, decimos y hacemos en nuestra vida de relación y aún con nosotros mismos.